El pasado martes 18 de mayo de 2021, desde Feministes de Catalunya organizamos un #webinarfeminista con Núria González, abogada especializada en Derechos Humanos (DDHH), que nos presentó su último libro Vientres de Alquiler: La Mala Gente, donde relata los detalles de la industria de la explotación reproductiva y sus apoyos políticos en España. Núria es miembro de los servicios jurídicos de la UGT de Cataluña y del turno de oficio de violencia de género de Barcelona y colabora como asesora jurídica para varios ayuntamientos. Fundó en México, en 2015, La Escola AC, una organización pro Derechos Humanos que abrió su sede en España en 2017 y que ella preside actualmente..
Para Núria, su libro Vientres de Alquiler: La Mala Gente es un instrumento de divulgación, un arma del feminismo y una herramienta de destrucción masiva de todos los discursos a favor de la explotación reproductiva. La primera petición de la autora es usar siempre el lenguaje correcto y no caer en eufemismos como “gestación subrogada”, que blanquean las graves prácticas del negocio de los vientres de alquiler.
Los vientres de alquiler no son una técnica de reproducción asistida, son un contrato de compra-venta y servicios. En el artículo 4 de la Declaración Universal de los DDHH se recoge uno de los derechos más básicos que existen, que es el derecho a no ser esclavo ni esclava, es decir, que una persona no puede ser vendida ni regalada ni tratada como una mercancía. Nadie tiene derecho a vender o regalar un bebé, porque no parimos propiedades, parimos personas. A nadie se le ocurriría vender una criatura para poder comer ni vender un adolescente porque nos da problemas. Es triste que para los animales parezca mucho más evidente el mensaje de “no compres, adopta.” La compra de un bebé atenta gravemente contra sus Derechos Humanos.
Ante los discursos que piden su regulación, hay que insistir en que los vientres de alquiler en España ya están regulados: concretamente, están prohibidos. La legislación es clara en ese sentido. Sin embargo, el 5 de octubre de 2010 se aprobó una instrucción que permite inscribir a menores nacidos por un contrato de vientres de alquiler, con total nocturnidad y alevosía, en un despacho del Ministerio de Justicia. Los contratos en España siguen siendo ilegales, pero a través de esta orden ministerial se legaliza de facto la inscripción de criaturas compradas. Ningún gobierno posterior la ha anulado.
Detrás de los vientres de alquiler hay un gran negocio económico donde paradójicamente la menos beneficiada es la mujer gestante. Hay que tener muy claro que las mujeres no lo hacen por altruismo: lo hacen por dinero, por necesidad. El mito de la libre elección no es creíble, puesto que un embarazo y un parto ponen en riesgo la vida de la madre y ninguna mujer pasa por ellos por gusto. Los vientres de alquiler son una deshumanización total de la maternidad que se aprovecha de mujeres pobres.
Además, a pesar de los discursos que insisten en legalizarlos en nuestro país arguyendo que la paternidad es un derecho, lo más probable es que España se convirtiera en un país de paridoras, más que de compradores. Esto ya se ha visto con el negocio de la donación de óvulos, en el que España es uno de los principales exportadores del mundo. La razón se encuentra en la confluencia entre la enorme precariedad económica del país y el buen estado de salud de la ciudadanía, gracias al sistema de salud público universal. Aún así, Núria González considera que es un error equiparar la ovodonación a los vientres de alquiler, porque esto rebaja la gravedad de lo segundo, aunque las dos cosas sean explotación reproductiva.
Encontrarán también en este libro un listado de “mala gente,” que compra bebés y sale en revistas, televisiones y redes sociales anunciándolo a bombo y platillo, y del ecosistema político que lo sustenta.
Escrito por Anabel Díaz.
Podéis ver la sesión completa aquí: