El Parlamento de Cataluña está a punto de tramitar una modificación de la Ley catalana contra la Violencia Machista que protege a las mujeres y las niñas desde 2008. Cuando se aprobó, la Ley 5/2008 ya era la más avanzada de Europa en materia de lucha contra la violencia machista, una lacra que no sólo no retrocede, sino que empeora con nuevas formas y se extiende a edades más jóvenes, tanto a las víctimas como a los agresores. Este es sin duda el aspecto más grave.
Desde el inicio de la declaración de pandemia y los decretos de confinamiento en marzo de 2020, las agresiones sufridas por las mujeres en el hogar han aumentado significativamente: en abril el aumento ya era del 88%, según el Instituto catalán de las Mujeres, y los últimos cálculos ya hablan de más del 140% en el número de llamadas recibidas en el 016. Aunque en 2020 se han incrementado las horas de atención de los Servicios de Información y Atención a las Mujeres (SIAD) y se van extendiendo los Servicios de Intervención Especializada (SIE) en violencia machista, los retos siguen siendo la detección del riesgo y la prevención de la violencia machista.
Si bien es necesario incluir formas de violencia no contempladas en la ley actual, como la violencia institucional y la ciberviolencia, que sin duda agravan y expanden la violencia machista, esta propuesta de modificación de la ley se nos presenta como una mejora pero en realidad supone un gravísimo riesgo de retroceso en la protección jurídica de las mujeres y niñas. Entre muchas otras razones, por las siguientes:
• Primero, porque se sustituye la categoría jurídica MUJER por un conjunto de identidades definidas por sentimientos subjetivos, por lo que el propio significado de violencia machista pierde todo sentido. Ser mujer es haber nacido de sexo femenino, no haber nacido hombre y sentirse mujer. La violencia machista es contra las mujeres por el hecho de serlo, por la posición social subordinada que ocupan a ojos de sus agresores.
• Segundo, porque inexplicablemente se dejan fuera formas muy graves de violencia machista contra mujeres y niñas, que son la explotación sexual y todas las demás formas de violencia que la normalizan, como la pornografía y la publicidad sexista.
• Tercero, porque no menciona ni propone ninguna actuación preventiva dirigida a los posibles victimarios, que son los hombres de todas las edades.
Además, la propuesta de modificación de ley no se acompaña de datos ni hace mención a les recomendaciones concretas de informes que hayan evaluado el impacto de ley 5/2008, elementos imprescindibles para justificar su modificación y más aún en el sentido que se propone.
La conclusión de nuestras compañeras Silvia Carrasco y Gemma Lienas en sus comparecencias en el Parlamento de Cataluña en noviembre de 2020, invitadas a exponer sus análisis de la propuesta de modificación de la Ley catalana 5/2008 contra la Violencia Machista, es contundente: no a esta propuesta de modificación.
Adjuntamos a continuación los escritos que cada una ha presentado a las diputadas y diputados de los partidos políticos del Parlamento de Cataluña que están trabajando en esta propuesta de modificación.