La pornografía es una industria criminal multimillonaria que opera a costa de la explotación de las mujeres. Gracias a investigaciones periodísticas y a los testimonios y denuncias de muchas mujeres, en el último año se ha puesto a MindGeek (propietaria de PornHub y la empresa más importante de la industria pornográfica) en el punto de mira de jueces y legisladores, después de que la plataforma esté siendo acusada de lucrarse de la explotación sexual de mujeres y niños y de la violación sistemática de los derechos humanos. Estos procesos abiertos implicarán cambios regulatorios en los próximos años y dichos cambios serán cruciales para los derechos de las mujeres en todo el mundo.
En este artículo repasamos el caso y te contamos los principales detalles.
El negocio pornográfico de MindGeek
MindGeek es propietaria de la famosa página de contenido pornográfico PornHub, y de al menos otros 160 sitios web de pornografía hardcore, entre los cuales se encuentran RedTube, YouPorn, Tube8, PornMD, Thumbzilla o Ztube.
PornHub está entre las 10 webs más visitadas a nivel mundial, solo por detrás de buscadores como Google o redes sociales como Facebook o Instagram. Solo en un mes genera 3,5 mil millones de visitas y de forma diaria genera 3.000 millones de impresiones en anuncios, según reporta el artículo “The Children of PornHub” del New York Times, de diciembre de 2020. Según Trafficking Hub, la mayor parte del contenido es generado por usuarios y alcanza más de 6 millones de vídeos por año.
MindGeek además está formada por numerosas empresas, entre las cuales MindGeek S.A.R.L, 9219 – 1568 Québec Inc. (con sede en Montreal y que emplea entre 750 y 999 empleados según registro), MG Freesites, MG Freesites II Ltd o MG Content RT. MindGeek tiene el 70% de la cuota de mercado de páginas web “para adultos”.
Se definen como “los líderes en el diseño, desarrollo y gestión de sitios webs con mucho tráfico”. Aunque tiene sus oficinas principales en Montreal, Canadá, MindGeek tiene su sede fiscal en Luxemburgo, país conocido por su baja presión fiscal sobre los beneficios. En 2018 registró 460 millones de dólares de ingresos.
Investigaciones periodísticas y juicios ponen a MindGeek en el punto de mira
En los últimos dos años, MindGeek ha sido protagonista de numerosos escándalos, empezando por el artículo publicado el 3 de noviembre de 2019, donde una investigación del Sunday Times (UK) reveló que PornHub alojaba contenido ilegal, incluyendo vídeos de abuso sexual infantil de menores de hasta tres años: “En tan solo unos minutos, se encuentran docenas de vídeos ilegales de explotación sexual infantil”. A raíz de ello, marcas como Unilever o Kraft Heinz que estaban haciendo campañas publicitarias en PornHub, dejaron de hacerlo, y PayPal detuvo el procesamiento de pagos para esta plataforma.
En enero de 2020, 22 mujeres que hicieron una demanda colectiva ganaron el juicio contra GirlsDoPorn, empresa adquirida por MindGeek -y de la que seguiremos hablando en este artículo- a la que acusaban de grabar y difundir vídeos bajo fraude, intimidación y amenazas. El juez dictó compensación económica, retirada de los vídeos tanto de su sitio web como de otros, derechos de imagen para las demandantes y obligó a los culpables a aclarar en el contrato el uso de las imágenes grabadas (se las drogaba antes de firmar el “contrato”). Uno de los culpables ya había sido acusado en 2012 por pornografía infantil.
En febrero de 2020, salió a la luz el caso de Rose Kalemba, que en 2009 fue violada con 14 años y posteriormente encontró en PornHub las grabaciones de dicha agresión sexual. Rose intentó por todos los medios contactar a la empresa para que los borrara pero, cuando finalmente PornHub se pronunció al respecto, alegó que el suceso ocurrió antes de la adquisición de la empresa por parte de los dueños actuales y se lavó las manos. PornHub alegó con cinismo en sus declaraciones que ellos “permiten toda forma de expresión sexual recogida en los Términos de Uso y que mientras algunas personas pueden considerar estas fantasías inapropiadas, a otras muchas personas del mundo les gustan y están protegidas por las leyes de libertad de expresión”. Este caso se viralizó y se hizo patente que no era el único: PornHub alojaba y se lucraba sistemáticamente de violaciones grabadas.
Este es un fenómeno nuevo que ha surgido con la era de Internet, para el que nuestros sistemas legislativos no estaban preparados. Mientras las leyes regulan y penan delitos como la explotación sexual, el derecho a eliminar la propia imagen en Internet supone un auténtico reto en la práctica, puesto que, cuando se sube un contenido a una plataforma, se cede su propiedad y las imágenes quedan abiertas a que terceros puedan hacer uso de ellas, y después plataformas como PornHub no se hacen responsables ni han sido responsabilizadas por alojar, difundir y lucrarse de la reproducción de dicho material audiovisual de explotación sexual.
Dado el alcance global del problema, varios países se pusieron de acuerdo para atajar conjuntamente este tema. En 2020, Canadá, Estados Unidos, Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda elaboraron “Voluntary Principles to Counter Online Child Sexual Exploitation and Abuse” junto con empresas y organizaciones no gubernamentales. El objetivo de estos principios era ofrecer un marco para combatir la explotación y el abuso infantil en internet y estaban enfocados a la acción colectiva.
Parlamentarios piden al Gobierno canadiense que intervenga
Canadá participó en el desarrollo de los principios contra la explotación infantil online y se adhirió el 5 de marzo de 2020. Fruto de esta adhesión, y gracias a la presión de organizaciones como Trafficking Hub, un grupo de parlamentarios canadienses solicitaron, en una carta abierta el 9 de marzo de 2020, la intervención del Gobierno para actuar contra las ilegalidades denunciadas contra PornHub y garantizar así esos compromisos voluntaristas.
En primer lugar, solicitaban medidas que garantizaran que la ley canadiense “prohibiese por completo la distribución de material que contiene víctimas de explotación sexual infantil, tráfico sexual y agresiones sexuales”. En segundo lugar, los parlamentarios exigían que el gobierno se asegurara de que MindGeek cumplía con la ley canadiense, que obliga a las plataformas que brindan servicios de internet a denunciar los posibles contenidos de pornografía infantil que pudieran alojarse en sus páginas web. En tercer lugar, pedían tomar las medidas necesarias para garantizar que las empresas que venden, producen o distribuyen contenido sexualmente explícito verifican la edad y el consentimiento de cada individuo que aparece en ese material.
La presión da algunos frutos
Paralelamente al proceso parlamentario, y a raíz del caso de Rose Kalemba, el 4 de diciembre de 2020 se publicó en el New York Times un artículo de Nicholas Kristof que tuvo gran impacto, donde se denunciaba la permisividad de Canadá frente a la clara actividad ilegal que se produce en PornHub, con contenidos de abuso y agresiones sexuales a mujeres y menores: “Su sitio está infestado de vídeos de violación. Monetiza violaciones de niños, pornovenganzas, vídeos de cámaras espía de mujeres duchándose, contenido racista y misógino, e imágenes de mujeres asfixiadas con bolsas de plástico. La búsqueda de “girls under18” (sin espacio) o “14yo” conduce en cada caso a más de 100.000 vídeos. La mayoría no son de menores agredidos, pero demasiados sí que lo son”.
Este artículo se hacía eco de muchos testimonios y casos escalofriantes como el de la desaparición de una niña de 15 años en Florida, que fue encontrada por su madre en 58 vídeos de PornHub en los que la niña era víctima de agresiones sexuales. El artículo también destacaba el caso de las agresiones sexuales a una niña de 14 años en California que fueron publicadas en PornHub y no fueron denunciadas por esta empresa, sino por un compañero de su clase que vio los vídeos.
De nuevo, este escándalo provocó ciertos movimientos de empresas que rodean a la plataforma, y días después -luego descubriremos que solo de forma temporal- MasterCard y Visa cesaron el procesamiento de pagos para la plataforma. Al mismo tiempo la empresa Grant Thornton, asesoría fiscal y contable internacional anunció el cese de relaciones con PornHub y con sus empresas irlandesas. Durante ocho años, cuatro empresas subsidiarias de MindGeek habían estado usando la dirección postal de Grant Thornton Irlanda a efectos fiscales: MG Billig Ltd (la empresa que recauda las suscripciones premium de PornHub), Nutaku Publishing Ltd, Mirmay Ltd and Liquidum Ltd (en la noticia anterior se mencionan 11 empresas subsidiarias, pero no hemos encontrado más referencias).
La evidencia de que Pornhub se lucraba de miles de vídeos de abusos y agresiones sexuales a mujeres y menores era tan escandalosa, que la plataforma redujo de 13,5 millones a 3 millones el número de vídeos subidos a su web, descartando así el 80% de su contenido, que había sido publicado por usuarios no verificados. Después de esto, MasterCard y Visa retomaron sus operaciones con la plataforma.
A mediados de ese mismo mes, 40 mujeres presentaron una demanda colectiva contra MindGeek, por lucrarse de imágenes suyas a través del sitio web GirlsDoPorn. Desde 2012 hasta 2019, MindGeek había distribuido contenido de GirlsDoPorn, sabiendo potencialmente desde 2009 que el sitio explotaba y traficaba con mujeres y niñas. En octubre de 2019, los operadores de GirlsDoPorn fueron acusados por las autoridades estadounidenses por operar a través de la coerción, el fraude, el engaño y la intimidación para que mujeres jóvenes y menores se involucrasen en actos sexuales (esta empresa traficó con cientos de menores). A pesar de haberse destapado todas estas acciones criminales, MindGeek siguió difundiendo durante años los vídeos de GirlsDoPorn para lucrarse y seguía sin despublicar los vídeos pese a repetidas peticiones. La demanda pide una indemnización y políticas y procedimientos para investigar las prácticas de la empresa, los usuarios y revisar manualmente cada vídeo.
La demanda colectiva contra Pornhub
Diciembre de 2020 culmina con una demanda colectiva en Canadá, donde se recogen y detallan todos los hechos mencionados anteriormente. Las demandantes denuncian que hasta diciembre de 2020 se había estado difundiendo “contenido sin consentimiento” en una o más de las webs de MindGeek para su visualización y descarga. Cuando hablamos de “contenido sin consentimiento” nos referimos a todas las imágenes que muestran abuso sexual a menores, agresiones sexuales a mujeres o imágenes íntimas que han sido difundidas sin consentimiento (como es el caso de la pornovenganza).
La demanda denuncia que hasta 2019 MindGeek no tenía políticas ni procedimientos para investigar a usuarios ni asegurarse de que los vídeos subidos fueran obtenidos con consentimiento. MindGeek no verificaba el consentimiento de las personas que aparecían en sus páginas web ni tampoco prohibía subir este contenido a usuarios no verificados. La empresa no tenía procedimientos para evitar la diseminación de contenido sin consentimiento en su web, ni en ninguna de las webs que le pertenecían, tanto si eran gestionadas por MindGeek como si su gestión estaba cedida a terceros. Tampoco retiró el contenido sin consentimiento de todas sus páginas web así como la información asociada con este contenido a pesar de haber sido informado de su existencia.
La demanda destaca que MindGeek debería haber tomado acciones desde que en 2007 se notificasen contenidos sin consentimiento, y sin embargo, generó ingresos a partir de estos vídeos y no fue hasta diciembre de 2020 que impidió que usuarios no verificados subieran contenido. La disponibilidad de contenidos sin consentimiento es un claro reflejo del incumplimiento de sus obligaciones legales. La denuncia abarca a todas aquellas personas en Canadá y fuera del país cuyos vídeos o fotos sin consentimiento fueron publicados desde 2007 en la página web de MindGeek o en cualquiera de sus otras webs propiedad u operada directa o indirectamente por MindGeek.
En 2021 seguimos a la expectativa de acciones mientras proliferan las demandas
En enero una mujer de Ontario (Quebec) presentó una demanda ante los tribunales canadienses acusando a la compañía de colgar a través de PornHub un vídeo de la violación que sufrió cuando tenía 12 años. Solicitó su retirada siguiendo el procedimiento de la web por la que solo recibió una respuesta automática 4-5 días después, sin que el vídeo fuera retirado.
El 1 de febrero de 2021 el Comité de Ética de la Cámara Baja de Canadá -ETHI en sus siglas en inglés- inició su investigación sobre MindGeek, por supuestamente alojar vídeos de abuso sexual infantil, violación, tráfico sexual y contenido distribuido sin consentimiento.
El 4 de marzo 100 supervivientes de explotación sexual junto a cientos de organizaciones no gubernamentales instaron al gobierno de Ottawa a llevar a cabo una «investigación criminal completa» sobre la empresa matriz de Pornhub.
El 18 de mayo se publicó un informe del National Center on Sexual Exploitation de Estados Unidos firmado por 132 supervivientes de explotación sexual y 630 ONG donde se instaba a los congresistas estadounidenses a abrir una investigación criminal contra la empresa matriz de Pornhub.
El 17 de junio 34 mujeres denunciaron a MindGeek en California por subir contenido sin consentimiento en sus webs y alegan que MindGeek ha llevado a cabo una campaña de desprestigio, difamación e intimidación a las víctimas y sus abogados. De las 34 demandantes, 14 son víctimas de tráfico sexual de menores. Los demandantes proceden de varios estados de Estados Unidos, así como del Reino Unido y Tailandia.
Ese mismo día, el Comité de Canadá ETHI publicó un informe con recomendaciones para que el gobierno federal intervenga para fortalecer las leyes para frenar la difusión online de material de explotación sexual y violaciones.
Es momento de que los responsables paguen por sus delitos y se legisle para proteger a las mujeres de las nuevas amenazas de explotación sexual a través de la pornografía.
La pornografía es la teoría, la prostitución la práctica
En esta era digital donde cada país tiene su legislación y donde compartir y difundir contenido de índole sexual es muy rápido y sencillo, es evidente que la industria de la pornografía es una industria global que necesita una respuesta global. Este artículo refleja la dimensión de los abusos y delitos cometidos en la industria pornográfica y cómo los perpetradores adaptan y diversifican su “negocio” globalmente. Esta estructura criminal global y digital, además, aprovecha vacíos legales y lagunas regulatorias tanto para evadir impuestos como para imposibilitar el rastreo de los propietarios de contenido delictivo. La huella digital de estos abusos tiene un efecto devastador en las víctimas y es tan solo la punta del iceberg de este problema.
La industria de la pornografía sirve de ejemplo a los hombres para normalizar la violencia contra las mujeres por lo que nadie se sorprende al saber que las grandes categorías de contenido giran en torno a la violencia ejercida contra nosotras. Humilladas, drogadas, sometidas, violadas, inconscientes o golpeadas, por nombrar algunas. Y aunque algunos se esfuercen en vendernos el “porno feminista”, sabemos que este no existe, es la industria de la violencia sexual buscando nuevas cuotas de mercado. La pornografía enseña un modelo de sexualidad desigual y peligroso en el que se erotiza la violencia contra las mujeres.
Esta normalización del uso y abuso del cuerpo de las mujeres para satisfacer el placer de los hombres trae consigo consecuencias devastadoras para mujeres y niñas. La pornografía es una vía de entrada para las mujeres en situación de vulnerabilidad en las redes de explotación sexual, además de ser uno de los principales mecanismos para educar a los jóvenes en la violencia sexual. Se educa a los chicos jóvenes en la cultura de la violación y a las chicas en la sumisión al placer masculino.
Como nos comentaba Esther Torrado en su último webinar: “La pornografía es una escuela patriarcal y es cada vez más violenta. Los jóvenes aprenden a excitarse erotizando la violencia hacia las mujeres. Es muy accesible, desde los móviles. La mayoría de jóvenes y adolescentes ya están consumiendo pornografía cuando cumplen 12 años”.
Debemos reivindicar legislación para combatir ferozmente la pornografía y todo tipo de explotación sexual mientras educamos a la sociedad, y en especial a los más jóvenes, en cómo queremos que sean realmente las relaciones sexuales: deseadas, consensuadas, sin violencia y en igualdad.
Escrito por Lluna Gallego e Irene Monés