El pasado 19 de febrero de 2021 Feministes de Catalunya organizamos una formación interna para conocer qué es y cómo funciona la CEDAW, la Convención de Naciones Unidas para la eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres. Contamos con la participación de las compañeras Dennyris Castaño, licenciada en Ciencias Políticas y presidenta del Fórum de Política Feminista de Granada, y Amparo Domingo, activista y representante en España de la Women Human Rights Campaign.
El Fórum de Política Feminista surge en 1985 con el objetivo de alcanzar la igualdad de derechos y oportunidades para las mujeres en España. Promueve la participación social y política de las mujeres, y es un grupo de presión para hacer propuestas y para interpelar políticamente sobre todo lo que afecta a la vida de las mujeres. Tiene alcance estatal y se organiza a través de diversas agrupaciones de ámbito local.
La Declaración de los derechos de las mujeres basados en el sexo (WHRC) es la respuesta feminista a los Principios de Yogyakarta, unas supuestas buenas prácticas que pretenden impulsar una deriva legislativa que consolide la identidad de género como característica innata y la autodeterminación de género como derecho. La intención de WHRC es recordar a los Estados la obligación de cumplir la legislación sobre los derechos de las mujeres de los convenios internacionales.
La relevancia de la CEDAW
La CEDAW (Convention on the Elimination of all Forms of Discrimination Against Women) es un tratado internacional adoptado en 1979 por la Asamblea General de las Naciones Unidas y ratificado por 189 estados, que forma parte de los pactos internacionales sobre Derechos Humanos. La CEDAW establece las obligaciones y deberes que los estados deben asumir en virtud del derecho internacional y les exige no sólo que eliminen cualquier forma de discriminación legal sino también que implementen medidas para modificar el papel tradicional de hombres y mujeres en la sociedad y en la familia con el fin de alcanzar los objetivos de igualdad real.
Durante la sesión de formación repasamos varios artículos de la CEDAW. El artículo 1 establece que «A los efectos de esta Convención, la expresión «discriminación contra la mujer» denotará toda distinción, exclusión o restricción basada en el sexo (…) en las esferas política, económica, social, cultural y civil o en cualquier otra esfera«. A partir de esta definición que basa la discriminación en el sexo se detalla el programa que deben cumplir los estados.
La CEDAW establece que en periodos de cuatro años los estados tienen la obligación de presentar al Comité un informe sobre las medidas que se toman para cumplir los objetivos de la CEDAW, como manda el artículo 18. El Comité, formado por un grupo de expertos independientes, también puede formular recomendaciones generales y sugerencias que remiten a los estados. El problema es que los estados suelen enviar estos informes con retraso y, además, los informes elaborados por los Estados no suelen reflejar de manera crítica la realidad. Por suerte, a partir de la ratificación del protocolo en 2001, en España la sociedad civil ganó la potestad de organizarse libremente y presentar denuncias a la CEDAW. Es una vía para poder exponer los incumplimientos y violaciones de los derechos amparados por la Convención o para iniciar investigaciones independientes.
Con esta nueva puerta abierta, en 2014 se reúnen algunas asociaciones feministas, entre las cuales el Fórum de Política Feminista, y se organizan para formular colectivamente un informe alternativo al del Estado. Los informes realizados por la sociedad civil se conocen como «informes sombra» porque son una especie de espejo de los informes oficiales, pero señalando los puntos que no se están cumpliendo. El primer informe sombra se presentó con el apoyo de casi 200 organizaciones feministas españolas. Un ejemplo de los resultados de estos informes es la pregunta que ha dirigido la CEDAW en Portugal en relación a las estadísticas segregadas por sexo, dado que Portugal dispone de una ley de autoidentificación de género desde el año 2018. La respuesta expone muy claramente que hay un problema con la autoidentificación y la utilidad de las estadísticas.
Desde Feministes de Catalunya hemos estado trabajando para añadir al próximo informe CEDAW sombra cuatro aspectos que nos parecen importantes:
- La modificación de la ley catalana contra la violencia machista (diciembre 2020). El sujeto a proteger por la ley, hasta ahora las mujeres, es redefinido desde la autoidentidad siguiendo la ideología transgenerista y su terminología. Se pierde de vista la raíz de nuestra opresión y se despolitiza nuestra discriminación. Además hay una omisión persistente de las formas más extremas de violencia contra mujeres y niñas, como son la prostitución y la pornografía.
- El informe del Hospital Clínic en el que se constata que hay un 30% de aumento de consultas en ginecología por lesiones compatibles con prácticas sexuales violentas que se observan en la pornografía que afectan de forma creciente a chicas muy jóvenes.
- El problema de hacer efectivos los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres: en determinadas zonas del territorio catalán, cuando una mujer decide abortar no puede acceder a los abortos quirúrgicos, o bien por objeción de conciencia o bien por falta de recursos, y la derivan a Barcelona, con todo el coste que supone moverse hasta la capital catalana.
- La instrucción del Departamento de Justicia de la Generalitat de Catalunya en el que se reconoce el derecho de los presos transexuales a cumplir la condena en las cárceles femeninas sin que haya una prohibición expresa si están cumpliendo pena por delitos relacionados con la violencia machista.
La plataforma feminista encargada de la elaboración del informe CEDAW sombra también supervisa la aplicación de los Convenios de Beijing (1995) y de Estambul (2014). Los convenios internacionales fueron durante mucho tiempo una garantía y un recurso para las mujeres ante la inacción y discriminación de los estados. Aunque desde los años 90 la lucha internacional por los derechos de las mujeres ha perdido intensidad, la CEDAW es un marco legal que está vigente y debemos exigir que se cumpla. Si bien desde las organizaciones de la sociedad civil estamos en desventaja respecto de los estados a la hora de elaborar informes, la organización de los colectivos feministas es imprescindible para ganar fuerza y competencia. No podemos retirarnos de estos espacios, porque si no lo hacemos nosotras, lo harán otros. Tenemos una puerta abierta para incidir legalmente cuando se vulneran nuestros derechos y debemos aprovecharla.
Escrito por Marina Pereda.