La violencia machista es la violencia que se ejerce contra las mujeres por el hecho de ser mujeres y es una lacra de las sociedades humanas. Se calcula que en el mundo, cada día, 137 mujeres son asesinadas por algún hombre de su familia (Informe Mundial sobre Drogas y Delitos, ONU 2017). Muchas mujeres sufren violencia física, sexual, psicológica y económica dentro y fuera del ámbito doméstico.
La violencia machista tiene graves consecuencias para nuestra integridad, dignidad, desarrollo personal, bienestar y autonomía. También para otras personas, sobre todo los menores que la viven en sus hogares, y para toda la sociedad. La OMS considera la violencia machista una pandemia mundial. Una sociedad donde las mujeres tenemos miedo no es una sociedad libre.
La violencia machista afecta a todas las mujeres del mundo, en todos los ámbitos y etapas de nuestra vida. Esta semana del 25 de noviembre, Feministas de Cataluña queremos concienciar sobre la violencia machista. Cada día hablaremos de un aspecto diferente de la violencia contra las mujeres y nos preguntaremos #HastaCuando nuestra sociedad está dispuesta a tolerarla.
Violencia contra las niñas
La violencia contra las mujeres comienza antes de nacer. Se calcula que faltan en el mundo 142,6 millones de mujeres que, o bien no han nacido, o bien han muerto muy pequeñas por discriminación y abandono. Las niñas se enfrentan a violencias específicas como la mutilación genital femenina, los matrimonios forzados y abusos y agresiones sexuales que afectan mayoritariamente a las niñas.
Sufrir abuso sexual en la infancia aumenta la probabilidad para las mujeres de sufrir otras formas de violencia machista durante la vida. La violencia contra las niñas tiene secuelas negativas que les impiden la consecución de una vida plena (interrupción de la escolarización, embarazos no deseados y la mortalidad que provocan, daños físicos y psicológicos, etc.).
Esta cifra se ha duplicado desde 1980. Los fetos femeninos se abortan con frecuencia en algunos países donde los hijos varones son garantía de seguridad económica y cuidados para los padres durante la vejez, o las hijas suponen un coste debido a tradiciones vinculadas al matrimonio. Las niñas también sufren exceso de mortalidad como resultado de discriminación y abandono.
Fuente: Fondo de población de Naciones Unidas.
Unos 200 millones de mujeres y niñas en el mundo han sufrido mutilación genital. La mutilación genital provoca dolor crónico, infecciones frecuentes, mayor riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual, complicaciones durante el parto y daños psicológicos. En Cataluña, 11 niñas fueron atendidas por los servicios sanitarios por esta cuestión en 2019.
Fuente: Fondo de población de Naciones Unidas. / Datos sobre violencia machista (2019), Departamento de Interior de la Generalitat de Cataluña.
Unos 650 millones de mujeres en el mundo fueron casadas durante la infancia. Una de cada 3 niñas de entre 15 y 19 años víctimas de matrimonio infantil también ha sido víctima de violencia emocional, física o sexual por parte del marido. Las muertes relacionadas con la gestación son la causa principal de mortalidad de las niñas de entre 15 y 19 años (OMS, 2019).
Fuente: Ocultos bajo la luz, UNICEF, 2014.
Casi una cuarta parte de las niñas de 15 a 19 años del mundo han sido objeto de alguna forma de violencia. En España, 4.310 niñas y 1.066 niños fueron víctimas de abusos sexuales en 2018. En el 75% de los casos las víctimas de abusos sexuales durante la infancia son niñas. El 97% de los agresores son hombres. Los delitos de abusos contra menores no dejan de aumentar.
Fuente: Hidden in Plain Sight: A statistical analysis of violence against children, UNICEF, 2014. / Infancia en datos.
Violencia sexual
La violencia sexual es una de las formas más crueles de violencia contra las mujeres y un elemento disciplinador que nos impide vivir nuestra sexualidad libremente sin temor a sufrir agresiones o represalias. El 90% de las víctimas de crímenes contra la libertad sexual son mujeres y el 99% de los agresores son hombres. La mayoría de las agresiones la cometen las parejas, hombres del ámbito familiar o amigos y conocidos de las víctimas.
El Informe de la Fiscalía General del Estado 2020 denuncia un aumento preocupante de la violencia sexual perpetrada por menores de edad o adultos jóvenes, que relaciona directamente con el consumo de pornografía. La pornografía es tanto una industria de la violencia sexual como un dispositivo que socializa los consumidores en relaciones sexuales violentas. El uso de las redes sociales también ha puesto más herramientas a disposición de los agresores sexuales.
La OMS estima que entre un 3% y un 24% de las mujeres en el mundo han sido forzadas en su primera experiencia sexual. Se considera violación: obligar a mantener relaciones sexuales (penetración vaginal o anal con el pene o un objeto, y sexo oral) con amenazas, haciendo uso de la fuerza física o haciendo mal, cuando la mujer no está en condiciones de rechazarlas por influencia del alcohol o las drogas, por miedo a las represalias si se niega o simplemente sin desearlo.
Fuente: Violence against women: an EU-wide survey, 2014.
Además, 1,3 millones de mujeres han sufrido violencia sexual en algún momento de su vida por un hombre que no era su pareja, 450.000 son casos de violación. Unas 700.000 mujeres han sufrido violencia sexual antes de los 15 años. Violencia sexual, además de una violación, también es intento de violación, tocamientos de partes íntimas y obligar a realizarlos contra la voluntad.
Fuente: Macroencuesta 2019, Ministerio de Igualdad.
Fuera del ámbito de la pareja, los agresores sexuales más habituales son amigos o conocidos de la víctima (49%), hombres desconocidos (39,1%) u otro familiar hombre (21,6%). Una de cada 2 mujeres que ha sufrido violencia sexual la ha sufrido en más de una ocasión. El 12,4% de las agresiones sexuales y el 17,3% de las violaciones son múltiples (tienen más de un agresor).
Fuente: Macroencuesta 2019, Ministerio de Igualdad.
El 60,5% de las chicas menores de 25 años en España ha sufrido acoso sexual, más de la mitad antes de los 15 años. En 2019 se cometieron 1.370 abusos y 564 agresiones sexuales por chicos menores de edad. También se detecta un preocupante aumento de estos comportamientos en menores inimputables (menores de 14 años), fruto de un consumo precoz y no acompañado de pornografía.
Fuente: Memoria 2020 de la Fiscalía General del Estado.
Según un estudio de la ONU, 3 de cada 4 chicas jóvenes han sido expuestas a alguna forma de ciberviolència. 1 de cada 10 chicas entre 14 y 29 años ha recibido algún mensaje sexualmente explícito o con insinuaciones ofensivas a través de las redes sociales. El 90% de las víctimas de «venganza pornográfica» son mujeres. 7 de cada 10 mujeres que ha sufrido acoso en las redes por parte de su pareja también ha sufrido violencia física o sexual.
Fuente: Cyberviolence against women and girls, EIGE, 2017.
Violencia en la pareja
La mayoría de la violencia contra las mujeres se produce en el ámbito de la pareja, precisamente por parte de quien debería amarnos. Los feminicidios son la punta del iceberg: en 2019, 55 mujeres fueron asesinadas por sus parejas o ex parejas en España. Pero hay muchos otros tipos de violencia: física, sexual, psicológica y económica. Esta última va desde no disponer de recursos económicos hasta no poder trabajar bajo amenaza o como consecuencia de la violencia ejercida.
La violencia en el ámbito de la pareja tiene graves consecuencias para el bienestar de las mujeres incluso después de que la relación acabe. Desde consecuencias físicas permanentes, como cicatrices o enfermedades de transmisión sexual, hasta abortos involuntarios o secuelas psicológicas. La mitad de las mujeres que sufre violencia de la pareja actual y 3 de cada 4 mujeres que la han sufrido de una pareja pasada ha sufrido algún trastorno psicológico (ansiedad, depresión, trastornos de sueño y alimenticios, y pensamientos suicidas).
Una de cada 5 mujeres de entre 15 y 49 que ha tenido una relación de pareja ha experimentado violencia física o sexual en el último año. Una de cada 3 mujeres asesinadas intencionadamente ha sido víctima de su pareja actual o anterior. En España, el 14,2% de las mujeres mayores de 16 años (2,9 millones) han sufrido violencia física o sexual de una pareja actual o anterior alguna vez en la vida.
Fuente: Global Gender Response Tracker asesino Covidien-19 measures for women. / Macroencuesta 2019, Ministerio de Igualdad.
El 2019, 168.057 mujeres denunciaron su pareja o ex pareja por violencia de género, de estas 13.162 en Cataluña. También hubo 15.338 denuncias por violencia sexual fuera del ámbito de la pareja y 9.437 por violencia doméstica en el que el agresor es un familiar que no es la pareja.
Fuente: Datos contra el ruido (Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género).
Se calcula que una de cada 5 mujeres (21,5%) ha sufrido alguna de las siguientes violencias alguna vez en la vida: bofetadas, tirones de pelo, golpes de puño, patadas; las han arrastrado por el suelo, asfixiado o quemado intencionadamente; los han tirado objetos para hacerles daño, las han golpeado o las han amenazado y agredido con arma blanca o pistola o alguna sustancia peligrosa.
Fuente: Macroencuesta 2019, Ministerio de Igualdad.
Este porcentaje sube a una de cada 4 para parejas anteriores y una de cada 3 cuando se trata de violencia física o sexual. Una de cada 4 mujeres que ha denunciado está insatisfecha con la atención recibida porque la policía no hizo nada para resolver el caso (52,4% de las mujeres insatisfechas), la hizo sentir culpable de los hechos (42,8%) , no la protegieron (42,8%), no le informaron de los servicios de apoyo (36,2%), no la creyeron (35,5%) o la intentaron convencer de no presentar denuncia (30,3 %).
Fuente: Macroencuesta 2019, Ministerio de Igualdad.
Si ampliamos los tipos de violencia, se calcula que aproximadamente 1,68 millones de menores en España viven en un hogar donde la mujer está sufriendo algún tipo de violencia. Los maltratadores a menudo utilizan a los hijos en común con la víctima, y la amenaza de hacerles daño, como chantaje para someterlas a su voluntad.
Fuente: Macroencuesta 2019, Ministerio de Igualdad.
Violencia en el ámbito laboral
La capacidad de las mujeres para tener autonomía económica no sólo está condicionada por la violencia económica en el ámbito de la pareja y por la discriminación en el mercado laboral, sino también por las situaciones de acoso laboral, en que a menudo las mujeres nos encontramos no sólo en inferioridad física, sino también en inferioridad de estatus dentro de la empresa.
El acoso se puede producir durante la jornada laboral o fuera del centro de trabajo, y es un comportamiento verbal o físico, discriminatorio y / o sexual, no deseado, que condiciona el acceso al trabajo, la promoción en el lugar de trabajo , el empleo o la formación, y que crea un entorno intimidatorio, hostil, degradante, humillante, ofensivo o molesto para las mujeres.
De las mujeres que han sufrido una agresión sexual en el trabajo, el 64,2% han sido agredidas por un superior, el 28% por un compañero y el 8% por un cliente, usuario o paciente. Las mujeres sufrimos desde propuestas de mejora laboral a cambio de «favores» sexuales (o amenazas de empeorar si no se accede) hasta roces, tocamientos, intimidación, violencia física y violaciones.
Fuente: Encuesta de violencia machista de Cataluña, 2016.
El 98,2% de estos acosos y agresiones los llevan a cabo los hombres. El acoso puede consistir en comentarios, gestos sexuales o exhibicionistas, mensajes de carácter sexual en las redes sociales, el correo electrónico, en el móvil o en papel, o en publicar o amenazar con publicar fotos o vídeos de contenido sexual y/o difundirlos entre los compañeros de trabajo.
Fuente: Encuesta de violencia machista de Cataluña, 2016. / Macroencuesta 2019, Ministerio de Igualdad.
Explotación sexual y reproductiva
La prostitución es la explotación sexual de las mujeres, especialmente de las más pobres y vulnerables. Cada año, miles de mujeres caen víctimas de mafias de trata con fines de explotación sexual. La prostitución no es un trabajo: las mujeres son deshumanizadas y reducidas a cuerpos, enviando un mensaje patriarcal inequívoco a los hombres: todas las mujeres son accesibles sexualmente y la satisfacción sexual de los hombres está por encima de los deseos y la dignidad de las mujeres.
Los vientres de alquiler son la explotación de la capacidad reproductiva de las mujeres. Parejas ricas infértiles compran bebés a la carta con su herencia genética utilizando el útero de una mujer pobre como fábrica para engendrar una criatura. Tanto los tratamientos de reproducción asistida como los embarazos son procesos muy agresivos para el cuerpo de una mujer que, además, luego es obligada a desaparecer de la vida de la criatura que parece, con múltiples secuelas físicas y psicológicas.
El 62% de las mujeres prostituidas fueron iniciadas en la prostitución siendo menores de edad. Dos de cada 3 mujeres que han estado en situación de prostitución tienen las secuelas de los veteranos de guerra o las víctimas de tortura. Las consecuencias físicas incluyen lesiones vaginales y anales, cáncer o enfermedades de transmisión sexual. Las prostitutas tienen 40 veces más riesgo de ser asesinadas.
Fuente: Trabajo forzoso, formas modernas de esclavitud y trata de Seres humanos, OIT. / Asociación Mujeres para la Salud.
Sobre un total de 19,4 millones de hombres mayores de 16 años, este porcentaje significa que hay en España unos 7,5 millones de puteros. España es el burdel de Europa, el país europeo con más demanda de prostitución. España tiene más de 1.500 burdeles donde se ejerce la prostitución y este negocio mueve Unos 5 millones de euros diarios.
Fuente: Informe de la Oficina de la ONU contra la trata y el Delito, Trata de personas Hacia Europa con finas de explotación sexual. / Policía Nacional.
En Cataluña hay unas 40.000 mujeres en situación de prostitución. El 90% de las mujeres prostituidas en Europa son inmigrantes pobres. Gran parte de estas mujeres se encuentra bajo el control de mafias que facilitan su entrada en España y las obligan a sufragar una deuda de miles de euros, que termina siendo el impedimento para poder abandonar la actividad.
Fuente: Foundation Scelles, Sexual Exploitation, Prostitution and Organized Crime. / ADAVAS Salamanca. / UCRIF de la Policía Nacional.
Según la ONU, los vientres de alquiler son un negocio en aumento. Sus beneficios se distribuyen entre comercializadoras, servicios jurídicos y sanitarios, empresas satélite que rodean el negocio, los estados y las mujeres gestantes. Las madres de alquiler sólo reciben un 0,9% de los beneficios. Laura Nuño califica los vientres de alquiler de «proxenetismo reproductivo».
Fuente: Informe sobre la venta y la explotación sexual infantil, Naciones Unidas, 2018.
Ejemplos de cláusulas: no formar una relación madre-hijo con el bebé, control de la dieta y las relaciones sexuales de la madre, no salir de la residencia acordada con los clientes, interrupción del embarazo, aborto selectivo y reducción del número de fetos a discreción de los clientes y sin explicaciones, prioridad de la salud del bebé por encima de la de la madre.
Fuente: Stop Vientres de Alquiler.