El pasado 20 de junio desde Feministes de Catalunya organizamos el acto “Alika contra el proxeneta” en el Centro Cultural Teresa Pàmies de Barcelona. En un contexto de intenso debate sobre prostitución en España, y tras la gran movilización abolicionista en Madrid del 28 de mayo, la voz de Alika Kinan, una mujer sobreviviente de explotación sexual, resultaba más reveladora que nunca.
El acto estuvo presentado por Sílvia Carrasco, presidenta de Feministes de Catalunya, y por Lula Gómez, productora audiovisual.
Una victoria histórica
Alika Kinan fue víctima del sistema prostitucional durante 16 años, mayoritariamente en Argentina, pero también en España. Se atrevió a denunciar a las redes proxenetas que la habían esclavizado y también al propio Estado, cómplice necesario. Y ganó. Los tribunales le dieron la razón, su caso ha sentado jurisprudencia y contribuye a dar cobertura legal a muchas mujeres en situación de trata y de prostitución.
Alika no solo consiguió sobrevivir, sino que se ha convertido en una de las principales luchadoras contra la explotación sexual en su país y en una referente mundial.
Naturalizar el horror
¿Cómo se recluta a las mujeres? ¿Cómo logran las redes de trata generar una actitud sumisa, incluso en ocasiones colaborativa, de la propia víctima? Nos cuenta Alika Kinan que el modus operandi de estas redes ya hace décadas que no es la violencia en un inicio, sino simplemente conseguir que se ceda la voluntad sexual a través de la pobreza. “No tenemos otra opción”.
Las ofertas engañosas, la propia ignorancia de las mujeres que son captadas y explotadas, junto con las enormes necesidades económicas que padecen, les allanan el camino a sus explotadores y logran poner en marcha esa “estrategia de manipulación para atraparlas y que naturalicen el horror en su día a día”, apunta Lula Gómez.
Hay un proceso de adaptación que sufren las víctimas. El principio es muy doloroso y tortuoso, como nos relata Alika: “En mi primera noche en un prostíbulo pasé de la humillación al dolor físico, y de ahí a la vergüenza. Me temblaban las piernas, era terrorífico. Perdí la noción del tiempo y de la cantidad de hombres que me violaron. Luego, te vas adaptando a ello para poder sobrevivir.”
Violencia en todas sus formas
“Cuando hablamos de prostitución, indefectiblemente estamos hablando de violencia”, afirma tajante Alika Kinan. Hablamos de una violencia terrible. De hecho, en el sistema prostitucional coexisten todos los tipos de violencia: sexual, física, psicológica, simbólica, económica, etc.
“El día a día es entrar en una habitación con un hombre que paga y no saber si vas a salir viva de ahí o no”. Sobrevivir o no sobrevivir. Alika nos recuerda que gran parte de los feminicidios que se cometen contra las mujeres prostituidas los cometen los puteros, no tanto los proxenetas. Es un indicador importante del nivel de violencia.
En una relación sexual plenamente consentida, “lo que pasa en esa habitación no lo tolerarías. Para cualquier mujer, sería motivo más que suficiente para poner una denuncia por agresión sexual”. O, en otras palabras, “pagan por violar”.
Y la violencia no termina en los proxenetas y puteros, sino que se extiende mucho más allá, con un proceso de estigmatización social de las mujeres prostituidas que va escalando, con un gran impacto psicológico para ellas, que acaba derivando en la propia culpa. “Ya eres la puta; esa mujer que disfruta del sexo y a la que le gusta el dinero rápido, cuando en realidad cada polvo con cada hombre se hace una eternidad”.
Esta estigmatización va deteriorando y carcomiendo por dentro, daña profundamente la autoestima, los proyectos de vida acaban siendo meras fantasías y el círculo de violencia las acaba llevando a pensar que no valen nada. Esta es, según Alika, la herramienta más fuerte que tienen las organizaciones criminales con la cual aseguran una “mercancía segura y perdurable”.
Llega el rescate…Y ya
“Me habían rescatado, sacado del prostíbulo y lo habían cerrado. Me habían dicho que era víctima de trata, pero yo no sabía qué era eso y no sabía qué hacer”, narra Alika. No se ocupaban del “día después”.
Además, la mujer en situación de prostitución se convierte en adicta para sostenerse en el sistema. Es una secuela más. “Cuando me rescataron no podía sostenerme, estaba pasada de drogas y sentía asco por cualquier ser humano”.
Alika Kinan pasó por un largo proceso de recuperación y desintoxicación, y lo hizo sola, “porque no estuvo el Estado argentino, ni nadie”.
Ante esta perspectiva, Alika creó e impulsó la Fundación Alika Kinan, que ofrece atención, asesoramiento jurídico y acompañamiento a víctimas del sistema prostitucional en Argentina. Además, realiza investigación académica e incidencia política.
Una ley imperfecta, pero una ley
Alika Kinan defiende la necesidad de leyes integrales, que no solo actúen desde lo penal, sino que abarquen la restitución y el reconocimiento de los derechos de las víctimas, como el acceso a vivienda digna, trabajo, salud o educación.
Sin embargo, pese a que la Ley de Trata de personas en Argentina no es una ley abolicionista, “era lo mejor a lo que se podía optar en ese momento”. Aunque la ley no es perfecta, es un gran avance en materia de derechos humanos.
“La ley decía que si eras mayor de 18 años y habías dado el consentimiento, no eras víctima, a no ser que pudieras demostrar que estabas en situación de vulnerabilidad. Con esa ley gané el juicio, porque yo era una mujer absolutamente vulnerable”. A Alika finalmente la escucharon, tras mucho tiempo de insistencia. “Lo bueno es que me escucharon otras mujeres y me acompañaron”. Todo empezaba a cobrar sentido.
Alika anima a todas las mujeres a “luchar por ocupar un lugar estratégico dentro de los gobiernos”, para asegurar que las medidas para las víctimas y las supervivientes sean efectivas. Y que, ante una ley en curso, “apóyenla y no dejen a las víctimas nuevamente ahí, para que así puedan pensar en un proyecto de vida que las dignifique”. Este debe ser nuestro compromiso, porque “fuimos todos parte del problema, aunque no hayamos pagado, porque los prostíbulos están ante los ojos de todos, desde siempre, ustedes los vieron y nos dejaron ahí”.
Apunta Sílvia Carrasco que “estamos en un momento histórico. El movimiento feminista en España ya ha redactado una ley abolicionista ideal. Pero cualquier paso que nos acerque a ella va a rescatar a mujeres, va a cerrar prostíbulos y va a dar oportunidades para sumar a más mujeres a esta reclamación. El mensaje de que en Argentina con una ley imperfecta Alika ganó es fundamental”.
Gracias… ¿A quién?
Alika también nos cuenta que en ese momento de alta vulnerabilidad en ocasiones las víctimas acababan por estar agradecidas por lo poco que les daban, también al salir del sistema prostitucional.
“No tenemos que dar las gracias, no le debemos nada a nadie. Hay una sociedad entera que te debe una vida, y no la vas a tener nunca”, nos dice Alika, “todo lo que nosotras hemos vivido no tiene reparación, como si fuéramos un coche. Somos seres humanos, y lo que hicieron fue deshumanizarnos y dejarnos sin saber cuáles eran nuestros derechos”.
Quedémonos con las palabras de Alika Kinan: “Que esas mujeres puedan pensar en un proyecto de vida que las dignifique, ese es el compromiso que toda la sociedad tenemos con ellas. Juntas vamos a conseguir que se les restituyan los derechos, vamos a conseguir que se avance. Cada una de nosotras tenemos que pelearlo. Vamos a poder”.
Escrito por Ares Cases
Podéis ver el acto completo aquí: